Nuestras actividades

  • Organización y realización de rutas ciclistas a distintos espacios, tanto urbanos como naturales, que destaquen por su valor ambiental, social, urbanístico o histórico o a lugares donde se desarrollen iniciativas para su defensa y promoción.
  • Contribuir mediante el uso de la bicicleta al desarrollo de campañas de denuncia de situaciones o actuaciones que pudieran poner en peligro dichos valores.
  • Reivindicación de accesibilidad ciclista a los citados espacios y la conectividad entre ellos.
  • Promoción de la bicicleta como medio de transporte sostenible que contribuye a la lucha contra el cambio climático y la mejora de la salud y calidad de vida de los usuarios.

miércoles, 30 de marzo de 2011

SALIDA A SESEÑA 27 de febrero de 2011

Salimos de la estación de Ciempozuelos a las 11 de la mañana. Atravesamos el pueblo pasando por la plaza y tomamos un camino de tierra, que nos llevó sin problemas hasta un polígono industrial (con un gran Mercadona) al borde de la A4.
El camino atraviesa una gran explanada, completamente seca, y a lo lejos vamos viendo La gran urbanización  “Residencial Francisco Hernando”
Cruzamos la autopista por un puente y luego pedaleamos unos 500m por la vía de servicio dirección sur y tomamos la primera salida a la derecha por la calle Pau del Quiñón.
Llegamos a la glorieta de entrada a la urbanización, con el nombre del residencial  en una especie de monumento. Desde allí entramos a la urbanización pasando varios bloques de edificios totalmente cerrados. En estos primeros edificios aún no ha sido vendido ningún piso.
Pedaleamos por la gran avenida que lleva al Parque y paramos a tomar una foto a los edificios que tenemos a nuestra derecha. Se ve alguna casa habitada con plantas en el balcón, pero en general no son más que persianas cerradas. Un vecino se asoma y nos dice que nos marchemos, parece que no somos bienvenidos a la urbanización.
Al final de la avenida llegamos a la entrada del  Parque María Almudena (bautizado así por el nombre de la esposa del constructor). En el parque se encuentran un puñado de vecinos recogiendo firmas contra el ayuntamiento pidiendo que éste se encargue de los servicios de agua y electricidad, que en estos momentos los sigue pagando el constructor.  El ayuntamiento  se niega a pagar, con los pocos recursos de los que dispone, los servicios del macro – proyecto del residencial.
Hablamos con ellos para conocer sus reivindicaciones, llegando a la conclusión que ellos no son más que las víctimas de la penosa burbuja inmobiliaria que ha vivido España en los últimos años. Los edificios a la derecha del parque son los únicos que parecen habitados en esta urbanización.  En total unas 3000 casas vendidas y no más de 2800 empadronados, dato que apunta a que  mucha gente compró pisos sólo con afán especulativo.
Muchos de estos pisos vacíos han sido ocupados por familias sin recursos creando un ambiente (que se puede ver en foros de vecinos de la urbanización) de miedo y racismo, porque muchas de las familias ocupantes son inmigrantes y en su mayoría gitanos.
Recorrimos el parque por dentro visitando el lago artificial con embarcadero en su interior. La urbanización también cuenta con un estadio, campos de fútbol, fuentes y piscinas, todo ello en medio de un desierto carente de recursos hídricos que han de ser importados desde el exterior. Recorrimos otra de las avenidas para visitar la estatua, en otra de las glorietas, dedicada a los padres de Francisco Hernando.
Después de nuestra aventura en la urbanización cogimos la avenida pau del quiñon y,  pasando por encima de la R4, llegamos al pueblo de Seseña. Allí paramos en un bar a tomar una caña y continuamos la ruta hacia Aranjuez. El pueblo de Seseña conserva aún un centro con su encanto, sin embargo sus alrededores también han sido enormemente construidos por urbanizaciones de casas bajas. Pero nada comparado con la macro urbanización recién visitada.
La calle de la Vega, todo recto, nos lleva, cruzando la R4, a Seseña Nuevo. Sin entrar en el nuevo pueblo llegamos hasta  la A4. Ahí cogemos nuestro primer tramo de carretera, la M305. No es muy cómodo para andar con las bicis, así que en la primera glorieta, pasado el desvío hacia Aranjuez, saltamos el quitamiedos y tomamos un camino de tierra que atravesando urbanizaciones nos llevó hasta el pueblo.
Ahí buscamos un sitio para comer encontrando uno fuera de los grandes restaurantes turísticos del principio, donde nos sentamos a comer platos combinados y sándwiches en una fantástica terraza. De ahí una pequeña vuelta por los jardines del palacio y regreso a la estación para agarrar el tren de vuelta.
Un gran día, unos 30 km de bicicleta, 3 poblaciones diferentes, buena comida, buen ambiente y mucho sol. La próxima las huertas del BAH.
Maite